La Universidad
Europea del Atlántico (UNEATLANTICO) forma jóvenes bien preparados y capaces de
adaptarse a las necesidades sumamente cambiantes del mercado laboral. Uno de
los objetivos que se marca la institución académica es formar profesionales que
puedan ejercer su carrera laboral dentro o fuera de las fronteras españolas.
Por ello, me da pena cuando escucho a personas con cargos de responsabilidad
hablar de “fuga de cerebros” en términos negativos.
A menudo nos
olvidamos que, precisamente, son muchos los países y las empresas que demandan
profesionales españoles de todos los campos porque saben que son jóvenes con
una formación técnica muy alta. Este reconocimiento de otros países a la
educación que reciben nuestros universitarios es utilizado, en demasiadas
ocasiones, como una crítica a la falta de absorción del mercado laboral
español.
Entiendo esa
postura pero, ¿por qué no vemos el lado positivo de esa demanda de estudiantes?
¿Somos conscientes de la riqueza que supone para un joven egresado adquirir
unos años de experiencia en otro país utilizando nuevas técnicas o conociendo
otras formas de trabajo?
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